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lunes, 31 de agosto de 2015

Consejos y tratamientos para prevenir el cancer de prostata .


El cáncer de próstata es a escala mundial la segunda neoplasia más diagnosticada en los hombres, después del cáncer de piel, y la segunda causa principal de muerte después del cáncer del pulmón. Siendo una enfermedad compleja, es necesario realizarse los chequeos de rutina y conocer acerca de los tratamientos modernos que existen , SEGÚN ESTADISTICAS MUNDIALES .

“Lo más frecuente es que la enfermedad se presente después de los 60 años. Sin embargo, si existe historia familiar puede presentarse entre los 35-45 años”. Dr. Víctor Caceros oncólogo radioterapeuta -


Consejos sobre su próstata



Todo hombre mayor de 45 años debería revisarse anualmente su próstata, erección y deseo sexual (Salud Integral del Varón). El urólogo-andrólogo es el especialista más adecuado para esta revisión completa.

Una adecuada revisión prostática permite diferenciar entre un crecimiento maligno (cáncer) o benigno (HBP).

El cáncer de próstata diagnosticado precozmente puede curarse.

Existen tratamientos médicos y quirúrgicos muy eficaces para la Hiperplasia Benigna de Próstata.

La vaporización de la próstata con láser verde o energía plasmoquinética es una excelente opción para eliminar el tejido prostático y produce un alivio inmediato de los síntomas


Para entenderel cáncer de próstata, resulta útil conocer sobre la próstata, un órgano del sistema reproductor masculino; una glándula con forma de castaña, colocada debajo de la vejiga y por delante del recto. La uretra (conducto por donde sale la orina) atraviesa la próstata por el centro, de manera que la orina sale de la vejiga atravesando la próstata, según establece el Instituto de Urología y Medicina Sexual (IUMS) de España.

Dentro de las tres enfermedades que se desarrollan más frecuentemente a partir de la próstata, el cáncer de próstata se encuentra en segundo lugar, quitándole el primer lugar la hiperplasia benigna de próstata (crecimiento benigno) y en último lugar queda la prostatitis (infección).

El IUMS define que el cáncer de próstata se produce por un crecimiento maligno de la próstata. Esta malignidad es el tumor más frecuente del varón, aunque debido a su crecimiento lento, constituye la tercera causa de mortalidad por cáncer, por detrás de los de pulmón y digestivo.

Víctor Caceros, oncólogo radioterapeuta del Centro Internacional de Cáncer del Hospital de Diagnóstico, explicó que los factores que pueden inducir a este padecimiento son aquellos relacionados con una dieta rica en grasas saturadas de origen animal, el tabaco, alcoholismo y la herencia genética, principalmente.

En cuanto a los síntomas, el oncólogo indicó que en la mayor parte de los casos no se presenta ninguno, hasta que la enfermedad es avanzada. Sin embargo, muchas veces puede ocasionar dificultad para orinar, impotencia y aumento de la frecuencia de acudir al baño durante la noche.

“Lo más frecuente es que la enfermedad se presente después de los 60 años. Sin embargo, si existe historia familiar puede presentarse aun entre los 35-45 años”, afirmó Caceros.




Importante, control después de los 40

Después de los 40 años, el paciente debe acudir al médico especialista una vez cada dos años para una evaluación de rutina, la cual consiste en verificar el tamaño y consistencia de la próstata vía rectal. Además, es recomendable evaluar la dosificación del antígeno prostático específico en la sangre cada año.

Si en uno de los chequeos de rutina se detectara alguna anormalidad y en el peor de los casos resulta ser cáncer prostático, según en el estadio que se encuentre, existen tratamientos modernos que pueden ser aplicados.

La radioterapia es uno de los tratamientos que están a la vanguardia, con intensidad modulada guiada por imágenes; la cual modifica la energía de la radiación de tal forma que puede ser intensa en el tumor pero muy suave en los tejidos sanos que rodean a este. La guía de imágenes consiste en previo a cada sesión realizar una imagen tridimensional como la de una tomografía, para poder localizar el tumor y definir los cambios que este puede tener con el tratamiento, logrando brindar radiación con una exactitud sin precedentes.

Este tratamiento se puede aplicar en varias semanas en tumores avanzados para lograr su curación. Cuando son tumores pequeños y que se localizan únicamente en la próstata, se puede indicar otro tratamiento de cinco días que se llama radiocirugía.

Aprendamos sobre el cancer con expertos



Aunque el tratamiento de los neuroblastomas en niños (tumores malignos que se desarrollan a partir de tejido nervioso) tiene un éxito de entre 70 y 80%, dada la intensidad de la radiación y quimioterapia con las que son atacados los pacientes suelen tener efectos secundarios de por vida. Por otro lado, mientras que en algunos enfermos las sustancias químicas que se inyectan para atacar el cáncer funcionan a la perfección y logran la cura, en otros simplemente no hacen nada.

El porqué de estas diferencias o de las consecuencias de los tratamientos contra el cáncer es parte de las preguntas que la ciencia aún debe responder. El camino es largo —dicen los expertos—, pero de a poco se está avanzando. Por ello, este fue uno de los temas clave del 65 Lindau Nobel Laureate Meeting, que se desarrolló recientemente en Alemania.
Microambiente es clave.

Uno de los puntos más importantes para entender el cáncer —afirma Harold Varmus, premio Nobel de Fisiología o Medicina (1989)— es ir más profundo en todo el desarrollo de la enfermedad. "Desde cómo comienza, avanza y luego genera metástasis", explica, y dice que la manera de aproximarse a ese proceso tiene que cambiar. "Uno de los nuevos objetivos de estudio no solo tiene que enfocarse en la célula cancerosa, sino también en la interacción de esta con el microambiente que la rodea. Qué pasa con las otras células o las respuestas inflamatorias, por ejemplo".





El enfoque genético también sigue ganando fuerza tanto para entender mejor las mutaciones que generan los distintos tipos de cáncer, así como para establecer tratamientos más personalizados, e incluso prevenir. "Eventualmente se podrían inactivar los genes defectuosos con medicamentos", dice Varmus.






Solo las mutaciones relacionadas con fumar podrían estar entre los pocos cientos y los varios miles. "Cada tumor tiene su propia constelación de mutaciones", advierte. Y conocer su naturaleza podría no solo prevenir la enfermedad, sino adelantarse a ella al entender su evolución.



Desde hace un tiempo que se sabe que ciertos patógenos podrían ser responsables de la aparición del cáncer. "Alrededor del 21% de los cánceres a nivel mundial son producidos por infecciones de virus, parásitos o bacterias", explica Zur Hausen. Identificar estos agentes —dice— es la forma de prevenirlo, como ocurre con el virus papiloma humano, por ejemplo, el que ya cuenta con una vacuna.

Pero el problema no termina ahí. Muchas veces los pacientes quedan inmunodeprimidos, por lo que entender por qué y cómo evitar ese estado es fundamental para prevenir la posterior aparición de tumores.

Pero los patógenos directos no serían los únicos culpables. Incluso el consumo de algunos alimentos, como carnes rojas, también podrían ser detonantes de cáncer. Un estudio liderado por Zur Hausen encontró que en los países donde hay mayor consumo de carne de vacuno hay más prevalencia de cáncer al estómago. El dato interesante es que, al parecer, cuando la carne es de cebú —un pariente lejano de la vaca— esa incidencia bajaría. Todavía no se conoce la razón.

La inmunoterapia es otro campo donde se han producido grandes avances, pero aún no está muy claro el mecanismo que opera en cada caso. Entenderlo mejor podrá ampliar el tipo de cáncer que se trata con ella.

La fluorescencia también está empezando a ayudar a combatir la enfermedad. Bajo el mismo principio con la que es utilizada por varios animales en la naturaleza, si se aplica en un tumor, este queda destacado del resto de los tejidos sanos, por lo que su extracción se hace más fácil y precisa.

Aunque se utiliza más la quimioterapia que las operaciones como tratamiento, explica Roger Tsien, quien obtuvo el premio Nobel de Química (2008) por su trabajo con sustancias fluorescentes, este es un gran campo por explorar. "Si el tumor se detecta en una etapa temprana y no compromete tejido vital, se puede extraer", explica. De momento, ya se utilizó el método con éxito en un paciente, lo que la hace una técnica promisoria. "Tenemos un largo camino por delante, pero al mismo tiempo con grandes promesas de desarrollo", dice Tsien.